Nos alojamos cuatro noches con tres compañeros por motivos de trabajo. Las tres habitaciones estaban muy limpias, cabe destacarlo, aunque una de ellas sólo tenía una ventanuca al pasillo. El hotel no tenía servicio de desayuno. Durante la primera noche ya nos dimos cuenta que en las tres habitaciones se oían unos ruidos mecánicos constantes que parecía que venían del sistema de climatización, que era centralizado y que, por otro lado, no funcionaba. Era como un motor o un grupo de presión que se conectaba y se desconectaba todo el rato. No eran muy fuertes, pero de noche se oían constantemente y de forma repetitiva, lo que hacía muy difícil conciliar el sueño. Al día siguiente avisamos a los responsables. Ni en ese día ni en los tres días siguientes, durante los cuales nos quejamos repetidas veces, no nos dieron respuesta ni ninguna solución. Primero, nos dijeron que llamarían al mecánico del sistema de climatización, y después, que nos cambiarían de habitación, pero no hicieron ni una cosa ni la otra. Al final, la percepción que me llevé es que no vimos ningún interés en solucionar el problema, simplemente preferían dejar pasar los días, a ver si nos cansábamos de quejarnos. Vista la situación, en mi caso acabé buscando otro hotel para intentar dormir algo mi última noche en Ronda, después de 3 noches de dormir fatal sufriendo los ruidos. La sensación que tuve es que, como ya estaba pagado por la agencia de viajes, simplemente evitaban poner nada de su parte para solucionar el problema. En otras palabras, aguantar el tipo hasta que se cumpliesen las noches que teníamos pagadas y nos fuéramos. Es una lástima. La poca empatía, la poca comunicación y la poca intención de querer solucionar nuestro problema por parte de la dirección y sus responsables, me obligan a no recomendar en absoluto este hotel. Ni tan siquiera nos ofrecieron a subir a las habitaciones e identificar personalmente el ruido en cuestión. Volveré por Ronda, pero está claro que a este hotel, no.
Cemerlang
130 Ulasan