Albergue Monterrey

Éramos dos y nos dieron la habitación que está en planta baja. Al lado de los baños, enfrente a la cocina. El ruido nunca paro, las escaleras hacia la segunda planta eran muy ruidosas. Llegamos por la noche y nos dieron un código para entrar. Al siguiente día quisimos ingresar a las 12:00 del mediodía a dejar unas compras y Javier en recepción nos trató de manera irrespetuosa y prepotente. Nos sentimos muy incómodos y molestos. Mala manera de empezar las vacaciones. Lo único bueno es la ubicación. Habíamos elegido este albergue porque mi pareja había estado anteriormente, pero esta vez fue muy desagradable todo. No volveremos a repetir jamás. La cocina no tiene NADA.