Para mi familia y para mí es un espacio que duerme en el tiempo guarda los encantos del pasado su jardines y emblemática infraestructura hacen cuento épico en el presente. la atención al cliente es extraordinario cada uno en el personal altamente amable sensible y muy servicial. La alimentación nos encanta especialmente sentarnos frente a la cocina donde se preparan esas extraordinarias tortillas negrita, con una vista al jardín encantador y al fondo el majestuoso volcán de Agua, esto sin dejar de lado la conversación que mantenemos siempre con la muy trabajadora y amable persona encargada de hacer las tortillas de forma extraordinaria con gran excelencia y sobretodo con una sonrisa en su rostro. Este fue nuestro cuarto a viaje a la posada de don Rodrigo y esperamos volver muchas veces más ya que para nosotros es un espacio encantador y siempre grato de visitar.
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