Una auténtica basura. Empezamos porque no contestan a los mails hasta que los reclamas, el check-in es eterno y tienes que rellenar tú mismo todos los formularios. Tienes que hacerlo todo por una aplicación que tienes que instalar en el móvil, que funciona "a veces".
Una de las persianas opacas dejó de funcionar. Vino en recepcionista de noche y la terminó de romper, mientras tenía conversaciones privadas por su otro teléfono con una persona que no paraba de llamarle a la que terminó hablando de malas maneras. Obviamente, esto era a la 1 AM y la opción de llamar a mantenimiento ya no era viable.
El desayuno es para hacer fotos pero lo que menos te apetece comer por la mañana. Si quieres un triste zumo o incluso azúcar, parece que lo tienes que mendigar.
Te dicen que no hay TV para que sea un espacio de relax pero te obligan a estar pegado a un móvil. Pero claro, es más barato poner un tocadiscos de 180 euros que una televisión de 1000.
No hay gel de ducha ni champú sino una pastilla de jabón, que sumados al diseño de la ducha, parece que estás en una cárcel.
Y podría seguir... como con el moho de la piscina, que te quita cualquier gana de bañarte en ella.
En definitiva, parece que es un hotel de lujo pero no llega ni a pensión de mala muerte
Terjemah