Realicé una reserva regalo para una familia que por motivos de un fallecimiento familiar no pudo asistir, se informó del hecho con 24h de antelación con la intención de modificar la reserva o buscar una solución ya que fue un acontecimiento fortuito. Desde la empresa, la solución que aportaban era la posibilidad de que fuese alguien en su lugar. tras intentar cubrir el fin de semana y no ser posible, contacté con la empresa como cliente final para intentar buscar una solución teniendo en cuenta las circunstancias, mientras hablaba con el responsable de atención al cliente (solo hay uno, Francisco) la solución que me daba era perder la reserva, se acogía únicamente a una negativa sin búsqueda de soluciones indicando que con 24h de margen no pueden hacer nada ya que es un negocio pequeño y como la reserva fue en días festivos y temporada alta, dejaban de ganar dinero al no tener la posibilidad de habitar las cabañas con tan poco margen. Tras un rato explicando que la situación es delicada (hablamos de un fallecimiento) la única solución que me dio fue dejar pasar el fin de semana de reserva para contactar con ellos Lunes por la tarde de vuelta e intentar encontrar una solución "que perjudicase lo menos posible a ambas partes", la reserva fueron 415€ y el motivo de no asisitir fue por fallecimiento. Al intentar volver a llamar en el día acordado varias veces, la empresa no cogió el teléfono, siendo en el día siguiente cuando localizo al señor. Me indica que el caso lo ha escalado al directivo y que no tiene respuesta, al preguntar cuándo cree que podría dármela me dice que no lo sabe, indico que es para saber cuándo puedo volver a llamarles e intentar resolverlo en la mayor brevedad a lo que me contesta con tono muy desfarovable "si necesitas la respuesta, es no" "ya te expliqué que esto es un negocio y con 24h de cancelación la respuesta es no" (pierdes el dinero), le pido que me hable bien y comienza a ponerse a la defensiva llegando a colgar el teléfono cuando le indico que me gustaría hablar con el directivo que tiene que tomar la decisión (Pablo) y que si continuaba hablándome de este modo comenzaría a grabar la llamada. El señor atiendió la llamada en día libre, agradecida por ello, pero no fue la forma de atender un cliente de inicio (hablamos de un fallecimiento) ni lo fue en un segundo intento de conciliar con esta situación, siendo la llamada muy desagradable llegando a indicar que "le importaba poco si había muerto alguien como si se había roto un pie".
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