Tequendama Hotel Campestre Villavicencio

NO ES UN HOTEL 5 ESTRELLAS. ALIMENTACION REGULAR. TOALLAS VIEJAS Y DURAS.PRECIOS ELEVADOS, TINAS SIN SHAMPOO, DISPENSADORES SIN JABON Y LO MEJOR.... TODO EN UN SOLO LUGAR. COMBO PERFECTO DE DEFICIENCIAS EN EL HOTEL TEQUENDAMA DE VILLAVICENCIO

LO BUENO: La habitación es muy confortable y espaciosa. La cama king y la tina de baño fue de lo mejor. El desayuno, aunque no hay variedad, tenía buen sabor. Las instalaciones son muy bonitas, pero no deben olvidara que hay que hacer mantenimiento. LO MALO: Se nota el desgaste de las zonas húmedas. Las piscinas que son casi redondas que simulan un "jacuzzi" (pero que no lo son) están en muy mal estado. Los bordes y las tabletas de las piscinas están rotos y eso puede hasta lastimar a las personas. Le falta mucho mantenimiento. La lejanía del hotel con respecto al centro de la ciudad no nos gustó. No queda nada cerca al hotel y para comprar algo teníamos que salir en carro y recorrer por lo menos 10 mins en carro para encontrar algo. El hotel no tiene oferta variada de comida. El desayuno de lunes a viernes fue siempre el mismo. En el restaurante deben implementar algo para espantar los mosquitos, eso existe. Hasta en Dollarcity encuentran los cositos que son como una élice que se puede poner en cada mesa para espantarlos. Los mosquitos pequeños cerca de la mesa donde se sirven las frutas no fue para nada agradable. El parque de niños no está iluminado y la piscina tampoco. En las noches deberían estas zonas tener más iluminación. No servía el teléfono que está en la mesita de noche, pedimos que lo arreglaran y nunca fueron, por lo que optamos por usar el del baño solamente. Tampoco servían las lamparitas de los lados de la cama principal. La malla del baño estaba rota y se entraron algunos bichos. La persiana de tela está dañada porque no baja bien. La nevera no tenía cositas para comer. Hay hoteles de los que uno no tiene la necesidad de salir porque hay de todo, pero aquí preferimos almorzar y cenar por fuera. Debería haber algo en la piscina para los niños y es muy pandita por si los adultos queremos nadar. Deberían pensar más en que la mayoría de familias necesitamos más ganchos o colgaderos de ropa en el baño para que la ropa se pueda secar. Para tener el nombre del Tequendama y unas instalaciones tan espaciosas deberían hacer un esfuerzo real por mejorar las instalaciones, la comida y los servicios que prestan.

El hotel y sus instalaciones están bien, aunque lucen bastante anticuadas. El servicio de restaurante es PÉSIMO: hay un mesero sin vocación para veinte meses, la comida y las bebidas tardan más de media hora en llegar y los platos, que siempre llegan fríos, son demasiado costosos para lo pobres que son. La habitación estuvo bien, limpia y espaciosa. Los amenities están bien también, aunque cosas como el gimnasio están muy dejados y hay muchos desechables y plásticos de un solo uso. Para lo excesivamente costoso que es comparado con otras opciones, no recomendaría visitarlo. Se nota que fue un gran hotel en otra época pero la administración actual está prestando un servicio mediocre. Nota al pie: La fiesta de fin de año fue la peor experiencia que he tenido en mi vida. CERO ESTRELLAS (adjunto fotos).

Comencemos por decir que visito este hotel mínimo dos veces por año, esta dentro de los destinos de mi familia, de esa manera voy a comparar al campanario con el mismo en visitas anteriores, estuve alojado desde el 30 de diciembre hasta el día 4 de enero, hice la reserva hace mas de un mes con gran placer ya que conocía el hotel y su atencion, normalmente hacen una fiesta de san silvestre el 31 de diciembre, este año fue con los Tupamaros, y dos artistas mas, al llegar al hotel observe que personas que trabajaban en el ya no estaban, imagine que era propio de cualquier empresa, pedi la carta para almorzar y me senté en el bar (ahora tierra de nadie por que nadie lo atiende) si te haces allí nadie te atenderá a menos que te levantes y logres conseguir un mesero del restaurante que te ayude, pedi 4 platos diferentes ( unos patacones, un pargo rojo, una punta, y el mesero tuvo que ir las 4 veces para regresar a decirme que no había ninguno de los platos, al final le pregunte que había para escoger, cerveza tampoco había, así que pedi una botella de vino, para saber el precio el mesero tuvo que ir hasta la recepción a averiguar el precio, no me lo podia creer, hice la reserva para la fiesta pero al ver este desastres en 2 horas de estadía, decidí cancelarla y no pagar una cantidad no despreciable de dinero y no estar satisfecho con el resultado, de ahi en adelante decidí comer y beber por fuera del hotel y solo usarlo en la mañana para el desayuno que estaba incluido, es triste ver un restaurante sin platos que te ofrecen en la carta, las mesa sucias, con manteles que duran por mas de 2 días, sin importar que estén sucios, si pides una crema de pollo el tiempo de respuesta es de 40 minutos al igual que una hamburguesa, si pides una toalla para la piscina corres el peligro de que no tengan (aunque el hotel no estaba lleno) o que te toque una rota, el gimnasio no lo asean la capa de polvo en el piso y los vidrios así lo costatan, pregunte un poco molesto a los trabajadores acerca del por que y muchos dijeron “esta administración esta peor que la pasada, cada vez estamos peor, en vez de mejorar vamos empeorando, los buenos empleados tuvieron que irse al no estar de acuerdo con muchas cosas” si pides algo es posible que no lo traigan o tengas que pedirlo mas de dos veces. Las instalaciones están sin mantenimiento, se comienzan a envejecer, ves los azulejos del jacuzzi y la piscina a la orilla de los mismos, incluso se vuelve un juego divertido para los niños, buscarlos en el fondo y sacarlos, buscamos al gerente dos veces pero siempre esperamos y nunca llego o salió de su oficina, en ese momento entendimos lo que estaba mal, ojalá este hotel tenga forma de salir adelante por que realmente es un sitio muy lindo para descansar .